El 14, el día de San Valentín, es la fecha señalada para reconocer este sentimiento que debiera perdurarnos cada instante. Pero ¿qué es el amor?
Por IWC
. |
Si buscamos en diccionarios o libros especializados,
podemos hallar que el amor “es un concepto universal
relacionado con la afinidad entre seres, definido de diversas
formas según las diferentes ideologías y puntos
de vista, que habitualmente se interpreta como un sentimiento;
presenta fuertes connotaciones espirituales, de forma que
trasciende el sentimiento y pasa a ser un estado del alma
o de la conciencia”.
Pero, ¿cuáles son sus interioridades?¿Hay
alguna explicación de cómo y por qué
se compone, de cómo nos hace sentir únicos,
felices, elegidos? ¿Hay algo que nos haga entender
qué es el amor?
El camino
En la niñez el individuo solo se ve a sí mismo, quiere ser objeto de cariño y que los demás hagan cosas que lo hagan feliz; se suelen adoptar posturas muy egocentristas, y necesitamos hacérselo sentir. En los primeros años de la infancia se muestra afecto hacia los adultos o compañeros mediante el abrazo o el beso; luego, con el crecimiento, a veces se considera que todas aquellas muestras son infantiles y se acude a estrategias más “sutiles”, como una palmada en la espalda o reconocer que tal o más cual persona es “buena gente”, pero no va mas allá de eso.
En la niñez el individuo solo se ve a sí mismo, quiere ser objeto de cariño y que los demás hagan cosas que lo hagan feliz; se suelen adoptar posturas muy egocentristas, y necesitamos hacérselo sentir. En los primeros años de la infancia se muestra afecto hacia los adultos o compañeros mediante el abrazo o el beso; luego, con el crecimiento, a veces se considera que todas aquellas muestras son infantiles y se acude a estrategias más “sutiles”, como una palmada en la espalda o reconocer que tal o más cual persona es “buena gente”, pero no va mas allá de eso.
En la transición de la niñez
a la adolescencia está claro que se debe abandonar
aquella conducta infantil con la carga de egocentrismo que
la caracteriza y mostrar afecto, recibirlo y exteriorizar
el aprecio que le demuestran las demás personas. Estos
cambios no son fáciles, pero ocurren de forma natural;
tan solo requieren de tiempo.
La adolescencia, la edad del enamoramiento por excelencia, puede ser también la edad del descubrimiento del amor. |
Se sabe que a los hombres les resulta más
difícil que a las mujeres, porque a ellos se les ha
conformado para que “carezcan de sensibilidad”
y “delicadeza” a la hora de mostrar sus emociones.
Sobre los 15 años de edad, el adolescente
debe dominar dos elementos importantes: primero, aprender
el método socialmente legitimado de expresar el amor;
segundo, reconocer hasta qué grado es aceptable la
expresión de los afectos por la sociedad. Y con este
equilibrio está listo para experimentar el amor hacia
una pareja.
No es que “necesariamente” tenga
que ocurrir en esa etapa, sino que ya se está listo
para adentrarse en la búsqueda de este sentimiento.
Hallarlo, no importa cuándo, es una experiencia vital
por la cual todo ser humano debiera transitar al menos una
vez.
¿Amor o enamoramiento?
Cuando estamos enamorados nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona más maravillosa del mundo. Ahí precisamente radica la diferencia no tan sutil entre enamoramiento y amor. ¿Pues sabes qué?: se empieza a amar justamente cuando dejamos de estar enamorados. ¿Cómo?, te preguntarás. Pues así es.
Cuando estamos enamorados nos parece que nuestra pareja es perfecta y la persona más maravillosa del mundo. Ahí precisamente radica la diferencia no tan sutil entre enamoramiento y amor. ¿Pues sabes qué?: se empieza a amar justamente cuando dejamos de estar enamorados. ¿Cómo?, te preguntarás. Pues así es.
El amor requiere conocer a la otra persona,
implica tiempo, reconocer y aceptar los defectos del ser amado,
implica conocer lo bueno y lo malo de la relación de
pareja. Enamorarse es solo la atracción entre dos seres,
el deslumbramiento, el deseo ciego. El amor es la consumación,
la plenitud, el aceptar con defectos y virtudes a nuestra
pareja. Esto no quiere decir que enamorarse no sea bueno;
sin embargo, luego todo se pone mejor. Para vivir el amor
se requiere primeramente estar dispuestos a construirlo.
Las partes del amor
Si el dar es condición del amor, la realización de la persona amada es motivo de realización.
Si el dar es condición del amor, la realización de la persona amada es motivo de realización.
Como proyecto de vida:
El significado de la unión pactada entre dos seres
que se aman lleva implícita la búsqueda del
bienestar común y el compartir en el futuro. El amor
entre dos personas siempre se proyecta hacia delante y les
permite programar lo que quisieran hacer. Decía Antoine
de Saint Exupéry, autor de “El principito”,
que “amor no es mirarse el uno al otro, sino mirar los
dos en la misma dirección”.
Como cuidado: El amor es
la preocupación activa por la vida y el crecimiento
constante de quien amamos. Por tanto, es natural que deba
haber preocupación por el otro. El interés por
su bienestar constituye una muestra del interés y el
deseo de evitarle situaciones difíciles o acompañarle
cuando estas se presenten. Ambas partes juegan un papel de
colaboradores en aras de que la pareja sea mejor, lo cual
incluye ayudar a retroalimentar para la persona que ama sus
detalles positivos y negativos, contribuir a pulir su personalidad
y a reconocer sus errores.
Como responsabilidad: Es
el fruto de la decisión de cada uno de contribuir con
el otro. La vida del otro miembro de la pareja pasa a ser
compartida, de la competencia no de uno, sino de ambos.
Como respeto: Está
presente la aceptación que permite ver a la pareja
tal y como es, teniendo presente su individualidad. Ahora
bien, el respeto supone conocimiento.
Como conocimiento: Una
manera equivocada de concretar el conocimiento del otro está
dada por el control del otro, pues esto lleva a estar al tanto
de todos sus movimientos. Pero un conocimiento respetuoso
y responsable hace del acto de conocer al otro una forma de
penetrar en ella sin hacerle daño y manteniendo su
libertad, y así descubrirse a sí mismo.
Hay en la vivencia del amor una expresión
del espíritu altruista del ser humano. El respeto,
la responsabilidad, el cuidado y la búsqueda de conocimiento
son expresiones del dar. El verdadero amor difiere del vulgar
mercantilismo que convierte a las personas en objetos de intercambio
para obtener beneficios de una relación.
Amor de pareja: ¿egoísta
o altruista?
Otro falso concepto pregonado a viva voz y repetido hasta el cansancio consiste en que el amor es desinteresado. Dicho así, se acepta más por deseo que por actitud; en cambio, basta un mínimo análisis para comprender que el amor de parejas es, y debe ser, una de las actitudes más egoístas que conocemos y ahí, justamente, es donde radica su mayor fortaleza.
Otro falso concepto pregonado a viva voz y repetido hasta el cansancio consiste en que el amor es desinteresado. Dicho así, se acepta más por deseo que por actitud; en cambio, basta un mínimo análisis para comprender que el amor de parejas es, y debe ser, una de las actitudes más egoístas que conocemos y ahí, justamente, es donde radica su mayor fortaleza.
La falsa concepción que lo tilda
de incondicional y desprendido, destruye en sí su elevado
valor como el sentimiento más elevado del ser humano.
El amor auténtico es la experiencia más egoísta
posible en el verdadero sentido del término, pues beneficia
tu vida de una forma que no implica sacrificio de otros hacia
ti ni de ti hacia otros.
Amar a una persona es egoísta porque
significa que valoras a esa persona en particular, que él
o ella hace tu vida mejor, que él o ella es una fuente
de alegría personal para ti. Un amor “desinteresado”
es una contradicción en términos. Uno no puede
ser neutral hacia algo que valora. El tiempo, esfuerzo y dinero
que uno dedica a alguien que quiere no son sacrificios, sino
acciones tomadas, porque su felicidad es crucialmente importante
para la tuya propia.
Tales acciones solo serían altruistas
si se hicieran por un desconocido o por un enemigo. Aquellos
que argumentan que el amor demanda la negación de los
deseos del uno mismo, debieran sostener la creencia de que
a uno le es indiferente si la persona amada está sana
o enferma, si siente alegría o tristeza, está
viva o muerta…
La naturaleza del amor crea ciertas demandas
en aquellos que desean disfrutarlo. Uno debe considerarse
a sí mismo digno de ser amado. Aquellos que lo exigen
como un deber altruista, esos que piensan que deben ser “queridos
porque lo necesitan”, buscan un valor de la misma forma
que un ladrón busca riqueza no merecida.
El amor es demasiado precioso para ser entregado
indiscriminadamente.
Sin lugar a duda, el amor se compone en buena medida del placer interesado de ser digno del amor de alguien y de haber encontrado a alguien digno del tuyo, y olvidarse del mundo.
Sin lugar a duda, el amor se compone en buena medida del placer interesado de ser digno del amor de alguien y de haber encontrado a alguien digno del tuyo, y olvidarse del mundo.
Amor y adolescencia
La adolescencia es una etapa difícil, porque es cuando buscamos nuestra identidad; es decir, descubrir quiénes somos. Valoramos y evaluamos nuestra educación pasada y presente; nos cuestionamos sobre las reglas familiares, sociales, culturales y económicas; buscamos individualidad e independencia, la aceptación de los demás (en especial por las personas de nuestra misma edad).
La adolescencia es una etapa difícil, porque es cuando buscamos nuestra identidad; es decir, descubrir quiénes somos. Valoramos y evaluamos nuestra educación pasada y presente; nos cuestionamos sobre las reglas familiares, sociales, culturales y económicas; buscamos individualidad e independencia, la aceptación de los demás (en especial por las personas de nuestra misma edad).
La transición hacia la sexualidad
adulta no solo lleva consigo cambios fisiológicos producidos
en la pubertad, sino también el desarrollo de intereses
y actitudes, de nuevas pautas de conducta que vamos aprendiendo
con el paso del tiempo. La principal importancia de la transición
hacia la adultez es la identificación sexual, el proceso
de aceptación del sexo como parte de la identidad personal.
Involucra asumir roles, actitudes, motivaciones y conductas
propias del género. Para ello resulta muy importante
que la identidad asumida sea confirmada por otras personas.
No es fácil para ningún adolescente
alcanzar la sexualidad adulta, ya que tiene que afrontar tareas
primordiales y aprender a dominarlas. Debe adquirir conocimientos
sobre el sexo y los roles sexuales para comportarse de una
manera aceptable para los que lo rodean, aprender los valores
impuestos por la sociedad como guía para seleccionar
a la persona del sexo opuesto que lo va a acompañar
durante toda la vida, y sobre todo, aprender a dar y recibir
amor.
El sexo: ¿una
prueba de amor?
Para el adolescente madurar un verdadero amor es un verdadero desafío y una prueba de valor. Hay tres elementos fundamentales del amor integral: sexuales, eróticos y personales. Estos no ocurren contemporáneamente, sino que van apareciendo durante la transición hacia la sexualidad adulta.
El sexo suele ser una excusa usada para la “comprobación” del amor. Muchos se escudan tras esta acción para llevar adelante una relación o establecer un estatus de “verdadero amor”.
Para el adolescente madurar un verdadero amor es un verdadero desafío y una prueba de valor. Hay tres elementos fundamentales del amor integral: sexuales, eróticos y personales. Estos no ocurren contemporáneamente, sino que van apareciendo durante la transición hacia la sexualidad adulta.
El sexo suele ser una excusa usada para la “comprobación” del amor. Muchos se escudan tras esta acción para llevar adelante una relación o establecer un estatus de “verdadero amor”.
Sin embargo, el sexo es solo un componente
más de una relación y no decide realmente sin
una persona esta enamorada o no. El acto sexual en sí
se adentra más en las aguas del deseo y la carnalidad.
Forma parte del amor pero no es el “Amor”.
Tener sexo no es una prueba de madurez,
ni mucho menos una prueba de sentimientos. No determina ser
más o mejores hombres o mujeres, ni tampoco estar enamorado.
La única prueba de amor verdadera es la entrega y el
apoyo de dos personas que se funden en una. El acto sexual
cuando dos personas están preparadas y de mutuo acuerdo
está bien, pero solo cuando estas condiciones están
creadas; y si se está enamorado, o se hace con la persona
amada, entonces es mucho mejor. En ese caso, en verdad: sí
se está “haciendo el amor”.
En toda relación de pareja existen tres componentes fundamentales que interactúan y condicionan el interés de estar juntos. Se trata de la sexualidad y el placer; la amistad y el compañerismo; así como el compromiso y el sacrificio |
Tú y yo: uno
Hay muchas definiciones del tema, pero hay una que me fascina y data de muchos siglos, lo cual evidencia que el sentimiento ha preocupado siempre a la humanidad. Dice un texto bíblico: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”.
Hay muchas definiciones del tema, pero hay una que me fascina y data de muchos siglos, lo cual evidencia que el sentimiento ha preocupado siempre a la humanidad. Dice un texto bíblico: “El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor nunca deja de ser”.
Muchas veces nos preguntamos: ¿qué
es el amor?, sin que encontremos respuestas lógicas,
pues no existe. La respuesta evade toda explicación,
todo intento de encasillarla en una definición. Cada
persona tiene su propia solución, ya que cada cual
forma su propio ideal del amor.
Por tanto, para llegar a cualquier conclusión
sobre qué es el amor lo único que debemos hacer
es mirar a nuestro interior y encontrar lo que es y lo que
representa para nosotros.
“El amor es algo que nunca entenderemos”,
afirman muchísimas personas. Y quizá sea mejor
así, pues comprenderlo tal vez nos privaría
de la emoción, del sentimiento y la pasión que
implica estar enamorado. Se puede vivir de cualquier manera;
pero, luego de haber amado, la vida cambia por completo. Entender
qué es el amor no es tan importante. La respuesta la
“sentimos” cuando vivimos en él, y no alcanzan
todas las palabras para explicarlo.
La naturalidad del
amor
El sentimiento es imposible de forzar. El amor fluye libremente como un río que no se puede contener. Posee la peculiaridad de unir extremos, de hacernos sentir inundados y a la vez en calma. No cree en razas, posiciones sociales ni conveniencias. El amor simplemente llega y no puede hacerse nada para detenerle. Ahí radica su poder.
El sentimiento es imposible de forzar. El amor fluye libremente como un río que no se puede contener. Posee la peculiaridad de unir extremos, de hacernos sentir inundados y a la vez en calma. No cree en razas, posiciones sociales ni conveniencias. El amor simplemente llega y no puede hacerse nada para detenerle. Ahí radica su poder.
Ser correspondido nos puede convertir en
la persona más afortunada del mundo, no serlo puede
hacernos sentir miserables. Puede llevarnos al “cielo”
o hundirnos en el “infierno”, pero el riesgo lo
vale. No hay sentimiento más sublime que el amor. Una
persona enamorada no cree en contratiempos, vive en un estado
de gracia que casi raya la estupidez, pero es una estupidez
sana, una que todos deseamos vivir por siempre; un estado
de asombro en el cual todo se redimensiona y aquello que podía
ser trivial adquiere nuevas connotaciones cuando implica a
la persona amada.
Puedes no saber a quien amarás, pero
sí puedes sentirlo. Esa “química”
ya está presente en la primera mirada, en el deseo
de estar con alguien por encima de todas las cosas, de saltar
al vacío si fuese necesario. El amor nos hace mejores.
Una persona enamorada es capaz de irradiar hacia su entorno
su felicidad.
Decían los
Beatles, con esa sencillez que caracteriza las grandes
cosas, que todo lo que se necesita es amor. Y siempre lo hemos
sabido: para que este mundo sea un sitio mejor, para que tú
y yo seamos mejores, el amor es todo lo que necesitamos.
Las
fases del amor: 1. La atracción genérica hacia cualquier persona. 2. El interés por un tipo especial de hombre o mujer, quedan desplazados los tipos que no corresponden a los gustos o sensibilidad propia. 3. El enamoramiento por una persona que se considera el ideal insustituible para toda la vida. |
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