Bajo la máscara
Todo
sujeto encarna la máscara a la que recurrió transitoriamente para
sostener y encubrir un estallido, una descarga afectiva, pero, pasada la
circunstancia que lo forzó a este accionar, teme salirse de la máscara,
teme que la descarga así contenida y sostenida en la máscara, en esa
que lo inviste como identidad, como única identidad que no debe caer ni
siquiera frente al amor de una creada a su imagen y semejanza, puesto
que al caer la máscara el estallido se activa.
La mueca,
termina definiendo un rostro. La mueca de miedo, rabia, angustia, risa
desdibujada, frustración, termina siendo el trazo directriz sobre un
rostro. La mueca es un rictus de circunstancia en el que el tiempo se
detiene, retiene o contiene.
Como si fuese bajo la máscara que
golpea los cuerpos de los demás como descargando en cada golpe un
certero tajo a su historia cercenada.
Lic Roberto Gómez
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