SE BUSCA UN AMIGO
No precisa ser hombre, basta ser humano, basta tener sentimientos,
basta tener corazón. Precisa saber hablar y callar, sobre todo saber
escuchar. Tiene que gustarle la poesía, la madrugada, el pájaro, el sol,
la luna, el canto, los vientos y las canciones de la brisa. Debe tener
amor, un gran amor por alguien, o si no echar de menos el no tener ese
amor. Debe amar al prójimo y respetar el dolor que los transeúntes
llevan consigo. Debe guardar secreto sin sacrificarse.
No es
preciso que sea de primera mano, ni es imprescindible que sea de segunda
mano. Puede ya haber sido engañado, pues todos los amigos son
engañados. No es preciso que sea puro, ni que sea del todo impuro, pero
no debe ser vulgar. Debe tener un ideal y miedo de perderlo y, en caso
de no ser así, debe sentir el gran vacío que eso deja. Tiene que tener
resonancias humanas, su principal objetivo debe ser el de amigo. Debe
sentir pena por las personas tristes y comprender el inmenso vacío de los solitarios. Debe gustarle los niños y darle pena los que no puedan nacer.
Se busca un amigo que tenga los mismos gustos, que se conmueva, cuando
sea llamado por el amigo. Que sepa conversar de cosas simples, de
rocíos, de grandes lluvias y de recuerdos de la infancia. Se busca un
amigo para no enloquecer, para contar lo que se ha visto de bello y
triste durante el día, de los anhelos y de las realizaciones, de los
sueños y de la realidad. Debe gustarle las calles desiertas, los charcos
de agua y los caminos mojados, el borde de la carretera, el arbusto
después de la lluvia, tumbarse en la hierba.
Se precisa un
amigo que diga que vale la pena vivir, no porque la vida es bella, sino
porque ya se tiene un amigo. Se precisa un amigo para dejar de llorar.
Para no vivir inclinado en el pasado en busca de memorias perdidas. Que
nos golpee en los hombros sonriendo o llorando, pero que nos llame
amigo, para tener la consciencia de que todavía se vive.
Vinicius de Moraes - Brasil
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