sábado, 4 de mayo de 2013

A mis amigas del Alma

  Te deseo primero que ames, y que amando, también seas 
amada. Y que, de no ser así, seas breve en olvidar y que después de 
olvidar, no guardes rencores.

            Deseo, pues, que no sea así, pero que si es, sepas ser 
sin desesperar.

            Te deseo también que tengas amigos, y que, incluso malos 
e inconsecuentes, sean valientes y fieles, y que por lo menos haya uno 
  en quien puedas confiar sin dudar. 

            Y porque la vida es así, te deseo también que tengas 
enemigos. Ni muchos ni pocos, en la medida exacta, para que, algunas 
veces, te cuestiones tus propias certezas.
            Y que entre ellos, haya por lo menos uno que sea justo, 
para que no te sientas demasiado insegura.

            Te deseo además, que seas útil, mas no insustituible. Y 
que en los momentos malos, cuando no quede mas nada, esa utilidad sea 
suficiente para mantenerte en pie.

            Igualmente, te deseo que seas tolerante; no con los que 
se equivocan poco, porque eso es fácil, sino con los que se equivocan 
mucho e irremediablemente, y que haciendo buen uso de esa tolerancia, 
sirvas de ejemplo a otros.

            Te deseo que siendo joven no madures demasiado de prisa, 
y que ya madura, no insistas en rejuvenecer, y que siendo vieja no te 
dediques al desespero. Porque cada edad tiene su placer y su dolor y 
es  necesario dejar que fluyan entre nosotros.

            Te deseo de paso que seas triste. No todo el año, sino 
apenas un día. Pero que en ese día descubras que la risa diaria es 
buena, que la  risa habitual es sosa y la risa constante es malsana.

            Te deseo que descubras, con urgencia máxima, por encima y 
  a pesar de todo, que existen, y que te rodean, seres queridos 
,oprimidos, tratados con injusticia ,  y personas infelices.

            Te deseo que acaricies un gato, alimentes a un pájaro y 
oigas a un jilguero erguir triunfante su canto matinal, porque de esta 
  manera, te sentirás bien por nada.

            Deseo también que plantes una semilla, por más minúscula 
que sea, y la acompañes en su  crecimiento, para que descubras de 
cuántas vidas está hecho un árbol.

            Te deseo, además, que tengas dinero, porque es necesario 
ser práctico. Y que por lo menos una vez por año pongas algo de ese 
dinero frente a ti y digas: "Esto es mío", sólo para que quede claro 
quién es el  dueño de quién.

            Te deseo también que ninguno de tus afectos muera, pero 
que si muere alguno, puedas llorar sin lamentarte y sufrir sin 
sentirte culpable.

            Te deseo por fin que, siendo hombre, tengas una buena 
mujer, y que siendo mujer, tengas un buen hombre, mañana y al día 
siguiente, y que cuando estén exhaustos y sonrientes, hablen sobre el 
amor para recomenzar.

            "Si todas estas cosas llegaran a pasar, no tengo más nada 
  que desearte, sino que seas feliz"


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