El hombre
silenciosamente lee.
Sin pestañear, ni arrogancia,
ni sorpresa, ni interrogación.
Sin rictus alguno, lee.
Sus 42 años, a las 6,10
de la mañana, todavía controla.
Lee sin señales ni signos,
ni asombro, ni arruga.
Lee sin daño,
para no dañarse.
Lee sin símbolos,
para no arrugarse.
El hombre que lee así,
a las 6,10 de la mañana,
es un hombre sabio.-
jueves, 17 de abril de 2008
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2 comentarios:
Me voló la bocha. Es perfecto, es simplemente un poema perfecto.
El sabio escucha y evita el insulto; el ignorante, en cambio, oye y responde
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