Tu aroma me persigue...
Tu aroma me persigue.
¿Qué le explico al alma
cuando la sangre
se nos va en urgencias?
Cómo le digo
que no está bien
ni es
bueno,
a esta altura,
permitirse sentir.
¡Como si fuera fácil
poner bridas al fuego,
frenar el mar
o acallar los truenos!
En este
punto, pues,
alma querida
que moviste todos los resortes,
calla.
Calla.
No pongas en mi boca
palabras de locura.
La pluma,
silenciosa,
trasuntará la angustia.
Tu y yo, alma, sabremos el
secreto.
Ni siquiera él compartirá la bruma,
ni conocerá nunca
la
medida justa
del dolor de querer, con toda el alma.
Sin respuesta, sin
luz,
sin esperanza.
ROSA TENEBAUM (
Argentina )
lunes, 9 de diciembre de 2013
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